jueves, 17 de diciembre de 2009

con cubo y sin cubo





La historia es mas o menos ésta, tal y como recogiera en su día el periódico HOY:


"Todo empezó hace catorce años. La idea la deslizó en HOY Carlos Castro, entonces decano de Biblioteconomía, una titulación que comenzó su andadura en la Universidad de Extremadura en 1995 en unas precarias instalaciones de la residencia Hernán Cortés en Valdepasillas. Entonces la intención de Castro de trasladar a estos alumnos a la Alcazaba estaba sin matizar, al menos arquitectónicamente.
Que los universitarios tomaran de lunes a viernes una fortificación almohade abandonada a su suerte era un reto y una oportunidad para el monumento más preciado de un casco antiguo que iniciaba lentamente su recuperación. Como la Escuela de Ingenieros Técnicos Agrónomos, sería la segunda vez que la universidad salía del campus pacense, aunque nunca antes con una intencionalidad tan clara.
Un año después, el 26 de julio de 1996, Juan Carlos Rodríguez Ibarra recogió el guante y se entrevistó con dos de sus consejeros, el alcalde de Badajoz y el rector. Se pusieron a desarrollar una idea para algunos descabellada pues para buena parte de la ciudadanía subir a la Alcazaba daba miedo.
Pocas veces estas dos administraciones de distinto signo político, con el visto bueno de la Universidad de Extremadura, caminaron tan unidas. La maquinaria administrativa se puso en marcha y tras la compra por parte del consistorio al Ministerio de Defensa del viejo Hospital Militar, un pleno del 21 de septiembre de 1996 cedía el inmueble a la Junta. Ya había 10.121 metros cuadrados disponibles para poner en pie la idea surgida en 1995, curiosamente el año en que se fundaba Amigos de Badajoz.
La Consejería de Cultura se unió al proyecto. Planteaba que allí también se instalara la Biblioteca Regional de Extremadura, pues Ibarra entendía que era lo idóneo, igual que un hospital clínico está junto a una Facultad de Medicina. Junta y Ayuntamiento no podían estar más de acuerdo. La decisión estaba tomada, la obra sería compleja, pero la primera piedra se colocó el 2 de abril de 1998.
Los trabajos avanzaban lentos, pero reubicar a jóvenes en un lugar relacionado con toxicómanos ya era un obstáculo superado. Lo demuestra que en febrero de 1999 alumnos de Biblioteconomía se concentraran en la Alcazaba para protestar por el retraso de la obra. Estaban impacientes.
Un año antes, ya se conocía el proyecto de los arquitectos ganadores del concurso de ideas: Gonzalo Moure y Enrique Colomés, con estudio en Madrid. También se sabía que el proyecto de Biblioteconomía exigía tirar partes del inmueble de dudoso valor patrimonial y levantar estructuras nuevas. El Ayuntamiento no puso pega, pero envió la documentación a la Comisión provincial de Bienes Inmuebles y Patrimonio antes de conceder la licencia de obra. En aquella comisión de expertos los Amigos de Badajoz fueron invitados, incluido su presidente Antonio Manzano. Votaron a favor, aunque después se retractaría diciendo que se sentían engañados pues ante tanto plano y una maqueta aislada no cayeron en cómo afectaba la nueva construcción al perfil de una Alcazaba dominada por la Torre de Espantaperros.
La obra comenzó, la estructura asomó y el 17 de junio de 2000 Amigos de Badajoz anunció que había pedido la paralización de la obra. Su argumento, que los trabajos en el Hospital Militar modificaban la visión de La Alcazaba. Acusaba a la Junta de Extremadura de «total falta de respeto y cariño por el monumento» y se refería al diseño de Moure y Colomés como «un alarde inaceptable de protagonismo arquitectónico». La asociación proponía una cubierta de tejas y materiales y texturas menos agresivos con el paisaje que acuñaron los árabes en el siglo XII sobre el Cerro de la Muela."
Bien, pues al día de hoy, una sentencia del Tribunal Supremo ordena la demolición del llamado Cubo por ser una obra ilegal y en esas estamos.
Modestamente me he permitido hacer una recreación de como sería la Plaza Alta sin la presencia del polémico edificio.
¿Ustedes que opinan?